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La persecución a la Iglesia Católica y a cualquier disidente, en general, se parece cada vez más al régimen de Anastasio Somoza
Excepcional es el día que la policía no atenta contra los derechos civiles de algún ciudadano en Nicaragua. De aquí que ya resulta habitual el secuestro y las detenciones policiales por asuntos que son protegidos por los Derechos Humanos en cualquier país democrático.

En esta deriva dictatorial es como se produce, hacia las 10 de la noche del viernes 8 de septiembre, el secuestró del sacerdote Osman José Amador Guillén, por la policía antidisturbios, cuando se encontraba celebrando una reunión con otros sacerdotes en la Catedral Nuestra Señora del Rosario, Diócesis de Estelí.
El sacerdote Amador nació hace 36 años en San Fernando, municipio del Departamento Nueva Segovia. En el momento del secuestro, ejercía como sacerdote en la Diócesis de Estelí. Con anterioridad, fue el Administrador de Cáritas Diocesanas hasta su clausura en marzo de 2023 por el tirano Daniel Ortega, con la excusa de que pudiera haber malversación.
Motivos del secuestro por la policía
La policía no comunicó cuales eran los motivos de la detención y, hasta el día de hoy, tampoco se conoce su paradero, ni las condiciones de su estado físico.
Se comenta por parte de personas allegadas, o informadas por parte de otros sacerdotes, que podrían existir dos motivos para su detención:
El primero, tendría que ver con el hecho de que el padre Amador habría pedido durante algunas de su homilías que se rezara por la libertad del obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez.
Un segundo motivo estaría relacionado con la acusación de malversación en Cáritas Diocesanas de la Estelí. Este argumento se sostendría en la probabilidad de que la anterior detención, por este motivo, de los sacerdotes Pastor Eugenio Rodríguez Benavides y Leonardo Guevara Gutiérrez, no habrían dado resultados incriminatorios, recurriendo al secuestro del padre Amador para obtener más información.
Según la abogada, Esther P. Molina Montenegro, especialista en Derechos Humanos y gran conocedora de la situación tiránica del gobierno nicaragüense, lo que existe, tras estos secuestros y detenciones, es el objetivo de controlar y someter cualquier tipo de disidencia, especialmente contra la Iglesia Católica. Se apoya en las pruebas fácticas de lo que sucede día a día con encarcelamientos de sacerdotes, destierros de monjas, sacerdotes y obispos católicos.