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Por mucho que se empeñen los fanáticos, jamás podrán reescribir la HISTORIA. Siempre habrá investigadores que, más tarde o temprano, nos aclararán la verdad
Eduardo Ranz, abogado de víctimas del franquismo, pide a través de Ramón Hernández, Delegado de Memoria Democrática de Córdoba, que el arzobispado retire la placa conmemorativa de los sacerdotes mártires de la República durante los años 1936-1939.
Hay situaciones y personajes que no pueden dejar de sorprendernos por su maldad, su insidia, su fanatismo, y su falta de respeto a los Derechos Humanos. Aunque, cuando se profundiza levemente en la motivaciones de algunas personas, se pone en evidencia que, no es reparar las injusticias, ni cicatrizar las heridas que cualquier enfrentamiento civil hayan podido ocasionar.

No. Las motivaciones profundas nacen de una fuente inagotable de odio que, como tal, ciega a los individuos que las albergan. Si no, ¿cómo se puede explicar que alguien con un espíritu sano, equilibrado mental y emocionalmente, pueda pedir que, DE UNA CATEDRAL, se retire una placa conmemorativa de los mártires que asesinó la República y no el franquismo?
Sólo hay una explicación. Este abogado, Eduardo Ranz, no pretende reparar a las víctimas del franquismo, sino reescribir la historia, creándonos un relato en donde unos eran ABOLUTAMENTE BUENOS, y otros ABSOLUTAMENTE REPROBABLES. Los responsables de la mayor persecución religiosa de la Historia, UN AUTÉNTICO GENOCIDIO RELIGIOSO, eran los ABSOLUTAMENTE BUENOS… los del franquismo, absolutamente malos.
Espero que la ecuanimidad del Sr. Ramón Hernández no de curso a una petición tan estrambótica como la que se le pide al arzobispado de Córdoba.